Reseña 2

Conforme avanza la historia en Balas de plata, el caso que investiga el Zurdo Mendieta se vuelve cada vez más peligroso y enredado. Lo que comenzó con el asesinato del abogado Bruno Canizales ha destapado una red de corrupción donde el narcotráfico y la política se entrelazan de manera inquietante. Cada pista que encuentra el Zurdo parece llevarlo a más preguntas que respuestas, y lo peor es que su búsqueda de la verdad molesta a personas con suficiente poder para hacer que todo desaparezca, incluso él mismo.

A estas alturas de la historia, ya es evidente que la justicia no es algo fácil de alcanzar en un lugar como Culiacán. Mendieta no solo debe lidiar con criminales, sino con un sistema que protege a los verdaderos culpables. Mientras sigue el rastro del asesino, se enfrenta a amenazas constantes, testigos que prefieren callar y figuras que mueven los hilos desde las sombras.

Lo más intrigante es cómo la investigación va revelando que este no es un crimen aislado. La bala de plata con la que mataron a Canizales parece ser una firma con un mensaje oculto, y lo que parecía un ajuste de cuentas toma dimensiones mucho más grandes. Cada paso que da el Zurdo lo acerca a una verdad incómoda, una que podría costarle mucho más que su carrera.

En este punto del libro, la tensión es máxima y la sensación de que algo peor está por suceder es inevitable.